La unidad, solidaridad
y organización de un movimiento nacional
La UNIDAD, SOLIDARIDAD Y ORGANIZACIÓN del Movimiento, es por
ahora lo más importante. De acuerdo con la situación imperante y las
necesidades de la acción, es indispensable que el Movimiento se maneje solo y
se conduzca por sí, dentro de las normas e instrucciones emanadas de la
conducción estratégica y táctica. Para ello es preciso que se comprenda de una
buena vez la necesidad de organizar la conducción, el encuadramiento y la masa
peronista. Ello ha de ser en el concepto ya tradicional en el Peronismo: un
Movimiento Nacional que, por imposiciones del medio, está formado por un
partido masculino, un partido femenino, una rama sindical y una rama de la
juventud, que deben funcionar como un todo armónico, correspondiendo a una
conducción centralizada.
Y no la atomización de
un partido político
A esta forma orgánica funcional debe responder toda la
acción y a ella debe tender el esfuerzo actual de la unificación peronista. Si
bien las disposiciones del actual estatuto de los partidos políticos llevará al
Peronismo a la utilización de diversas formas, ello no debe ser causa para
alterar las formas ya establecidas y determinadas en el Peronismo, que es lo
que pretenden nuestros enemigos, empeñados en hacer de él un partido político
más, para absorberlo y destruirlo, como se destruyen ellos.
La fuerza del
peronismo radica en gran parte en su condición de Movimiento Nacional y no de partido
político
Los partidos políticos demoliberales burgueses pertenecen al
siglo XIX y han sido superados por la evolución que, con el tiempo, ha de
hacerlos desaparecer en nuestros países, como ya han desaparecido en muchas
partes. La fuerza del Peronismo radica en gran parte en su condición de
Movimiento Nacional y no de Partido Político. Lo moderno y que obedece a las
nuevas formas impuestas por la evolución y las modernas necesidades, es una
ideología, transformada en doctrina, que luego se rodea de una mística con que
el hombre suele rodear a todo lo que ama. Ese es el único “caudillo” que
resiste a la acción destructora del tiempo en las evolucionadas comunidades
modernas.
Para nosotros,
organizar es adoctrinar
Por eso el Peronismo ha podido resistir a la violencia
gorila como a la insidiosa integración
intentada o a los ensayos de disociación, con que se ha tratado de
destruirlo. Cada dirigente peronista debe saber que, para nosotros, organizar
es adoctrinar. No interesa tanto que los peronistas estén encuadrados en las
organizaciones, como que en cada uno de ellos se haya inculcado nuestra
doctrina y se haya desarrollado una mística. Frente a las doctrinas existentes,
hay que oponer la doctrina peronista, porque a una doctrina sólo se la puede
vencer con otra doctrina mejor.
El Peronismo
representa una nueva etapa: la de los movimientos nacionales
Nuestros adversarios, que vienen del sistema demoliberal
capitalista, traen con ellos de una época política ya superada por el tiempo,
los viejos sistemas y “triquiñuelas” de una escuela caduca. Por eso se ven a
menudo superados por el Peronismo que representa una nueva etapa: la de los
movimientos nacionales con hombres progresistas y evolucionados. Es que ellos
han hecho toda su vida la política sin comprenderla, en tanto nosotros la hemos
comprendido sin hacerla. El peligro del Peronismo está representado por los
dirigentes que, en una forma o en otra, quieren asimilarse a los métodos y
procedimientos del demoliberalismo. Los caudillitos provinciales, los
diferentes círculos, etc, son otros tantos peligrosos casos de demoliberalismo.
Por eso nuestros
enemigos pretenden que nos transformemos en “partido político”
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