sábado, 11 de abril de 2015

Una presentación innecesaria



Presentar a Antonio Gramsci sin caer en lugares comunes o en querer realizar una breve descripción de su biografía es siempre un desafío, pero mucho más complicado es ofrecer una visión original desde el lado nacional y popular de la batalla cultural, ya que han sido demasiados los trabajos teóricos, ensayos, publicaciones académicas y libros que estudiaron el pensamiento gramsciano englobado en nuestra propia realidad nacional, más específicamente entre la siempre tirante relación entre las ideas de izquierda y las del peronismo.

Esta serie de publicaciones se desarrolla en ese mismo carril, pero busca –como todo trabajo anterior y posterior a este- establecer una mirada generacional sobre el pensamiento y la acción de Antonio Gramsci, sin la necesidad de acudir en descontextualizaciones y apelando al rigor intelectual que requiere la obra de este revolucionario que al estudiarlo se vuelve una herramienta fundamental, como así también la vinculación que podemos encontrar en la unidad de acción y concepción del peronismo, tanto en su práctica política como en  el plano de la doctrina justicialista, legado universal para los países del Tercer Mundo.

Este artículo y los siguientes serán, entonces, intentos de acercamiento –nunca falto de discusiones y tensiones- de dos filosofías de ver el mundo y de comprender la táctica y la estrategia política. En algunos puntos, las vías de Gramsci y la revolución socialista que sueña desde su militancia juvenil, que supo defender cuando fue diputado y que continuó diseñando durante su encarcelamiento durante el fascismo, se cruzarán con las líneas expresadas por el General Perón y el movimiento nacional-popular en su lucha por la liberación de las cadenas imperialistas. Ambos caminos se encuentran hoy representados en la construcción de unidad y horizonte plurinacional común de la Patria Grande, reflejada por sus pueblos conscientes que supieron torcer el brazo de las políticas neoliberales de los noventas financiadas y patrocinadas por los Estados Unidos, y confirmada en la continuidad de proyectos económicos, culturales y sociales que oponen alternativas de Justicia Social, Independencia Económica, Soberanía Política, y podríamos agregar tres banderas más: Derechos Humanos, Unidad Latinoamericana y Movilización Popular. Todas estas impulsadas en un ida y vuelta  entre el Estado y la comunidad, conformando una novedosa forma de revolución democrática en el Siglo XXI que es guía en Grecia, España y Portugal, por ejemplo.   

En esa batalla nos encontramos, y Antonio Gramsci y Juan Domingo Perón son fundamentales para los años que vendrán. Que se abra la discusión, ya que no hay mejor manera de avanzar.

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